Lolita

En la alegre ciudad de Lepingville le compré cuatro revistas de historietas, una caja de bombones, un paquete de compresas, dos coca-colas, un juego de manicura, un despertador de viaje con esfera luminosa, un anillo con un topacio auténtico, una raqueta de tenis, unos patines con botines incorporados, unos prismáticos, una radio portátil, chicle, un impermeable transparente, unas gafas de sol y algo más de ropa: pantalones cortos, varios vestidos. En el hotel pedimos habitaciones separadas, pero en mitad de la noche vino a la mía sollozando, e hicimos el amor sin prisas. Es que la pobre no tenía ningún otro sitio adonde ir, ¿Comprenden?.

Humbert Humbert. Lolita, por Vladimir Nabokov.